El agua que circula por las tuberías puede contener impurezas, incrustaciones, arenilla o pequeños minerales. Para evitar la congregación de cal, arena y todo tipo de partículas es conveniente realizar periódicamente una limpieza del circuito de calefacción. Así nos aseguramos que el agua que circula por las tuberías es de calidad y no va a alterar la conservación de la instalación.

Existen distintas técnicas para la limpieza del agua de las tuberías:

La más común es introducir agua a presión en la red, que vaya arrastrando y sacando todos los restos minerales y de sustancias que haya en las tuberías. Este trabajo se realiza a través de una máquina.
Otra manera para limpiar el agua es mediante la inyección de un producto especial para la eliminación de lodos. Este producto se deja dentro del circuito durante dos días y luego drenando y enjuagando los radiadores se consigue evacuar todas las sustancias impuras.

Antes de realizar la limpieza es conveniente analizar la calidad del agua. Para ello bastará con purgar uno de los radiadores y a partir de ahí analizar si el agua que sale está cargada de partículas. Al terminar el proceso de limpieza se puede realizar una nueva comprobación.

Con la limpieza de los circuitos, se consigue un rendimiento óptimo de los radiadores y se alarga su vida.

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